Gaudí consiguió muy buenos resultados acústicos en la sala de música del Palau Güell, o la de Bellesguard (todas estas obras realizadas en Barcelona), y diseñó el Baldaquino, así como el púlpito de la Catedral de Mallorca.¿Alcanzó a entender que la Sagrada Familia necesitaba también de absorción sonora?
Los ambientes generados por el arquitecto Antoni Gaudí, con sus formas y proporciones inspiradas en la propia naturaleza, así como en su gran dominio de la geometría, producen unos tonos musicales característicos que hacen que estas arquitecturas sean únicas.
Los itinerarios sonoros existen en la Sagrada Familia comenzando por el acceso; durante todo el recorrido el sonido y la imaginación se funden en un itinerario sonoro real, fantástico, acompañado también por todas las características y consideraciones acústicas en el templo que Gaudí planeó y que podemos mostrar por medio del análisis acústico mediante un modelo lumínico realizado por uno de los autores.
Gaudí no solo vivió en el ambiente de una época donde la música y los sonidos formaban parte de la vida cotidiana y conformaban la cultura de la sociedad, sino que estas manifestaciones artísticas estuvieron fácilmente a su alcance; su espíritu sensible las recogía convirtiéndolas en arquitectura.
Está claro que tuvo conocimientos sobre acústica y, tomando en cuenta su espíritu entusiasta, descubridor y altamente emprendedor, seguramente tuvo siempre presentes las condiciones acústicas de tipo físico y poético. La arquitectura y los sonidos en Gaudí, espacio y tiempo, actúan al unísono en su obra, intuyendo cómo sonarían cada una de sus viviendas, espacios religiosos o espacios públicos y, por lo tanto, cómo los sentirían las personas que los recorrerían.
Gaudí hace marcadas zonificaciones sonoras en sus edificios; crea elementos de gran importancia acústica para el aislamiento sonoro entre espacios, basándose en la flexibilidad y compartimentación de los mismos, fachadas internas amortiguadoras de sonido, separación de espacios por sus sonidos, materiales y formas, fachadas que siguen ese espíritu misterioso y místico intentando aislar al edificio de sucesos exteriores para crear así una vida sonora propia e intentando hacer de su obra arquitectónica una sinfonía de formas, espacios y sonidos; reales o como producto de esa imaginación incontrolable.
Los itinerarios acústicos de Gaudí son poéticos, con sonidos e imágenes que transportan en el tiempo, en las vivencias y los sueños. Cada material, forma, espacio, está pensado para producir una sensación visual y sonora distinta del ambiente.
Su arquitectura religiosa pretendió hacerla a manera de un gran instrumento musical, del cual pudiera participar toda la ciudad. Sus iglesias tienen una acústica interna muy planeada; coros, órganos, campanarios y campanas, con la ubicación necesaria para que el disfrute interior y exterior del templo fuese máximo. Al mismo tiempo, los espacios religiosos son muy privados, aislados, con sonidos de acuerdo a la función de espacios de oración y rezo.
La arquitectura de Gaudí es una arquitectura que se comporta casi como un ser vivo, suena y su voz se escucha tanto que cada día el acercamiento popular a su obra es mayor; cada día sus edificios son capaces de despertar los sentimientos más profundos de comunión entre ellos y el pueblo. Todos los edificios de Gaudí tienen algo que decir, tienen voz propia; su voz se escucha, incluso en el silencio de sus dragones, o los jardines de guerreros que observan o las olas del mar reflejadas en alguna de sus fachadas ondulantes.
Para Gaudí cada material, forma, proporción, textura y color, suministra una nota musical, y las pausas y ritmos son creados por la realidad o la irrealidad, la fantasía y la imaginación que se despiertan al avanzar y descubrir a cada paso sensaciones sonoras entusiastas y dinámicas.
Gaudí tuvo a su alcance todos los conocimientos posibles de la época respecto al arte musical; conciertos y compositores, por eso está siempre presente la acústica en sus obras; quería que produjeran sensaciones sonoras a través de itinerarios; que se comunicaran con toda la ciudad, como sus templos, y que formaran voces en las calles; que la gente pudiera oír sus mensajes a través de su obra, con sonidos que se perciben con fuerza al observar cada simbolismo.
Formas, materiales, símbolos, fantasía y realidad, son los componentes básicos de la gran música que se convierte en arquitectura; de la arquitectura que hace música a través de notas sonoras que aporta cada espacio. La arquitectura religiosa de Gaudí está llena de sonidos místicos, espacios destinados al recogimiento espiritual y a la contemplación.
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ARTÍCULO REDACTADO EN COLABORACIÓN CON: Francesc Daumal I Domènech